Andalucía, 28/11/2011
El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ha presidido en Sevilla la inauguración del II Congreso para el Estudio de la Violencia de Género, que este año aborda de modo pormenorizado las causas y consecuencias de los malos tratos entre menores y adolescentes. Ante un auditorio con más de 750 personas, el máximo representante andaluz ha subrayado la apuesta del Gobierno andaluz por la "erradicación de un fenómeno social tal lacerante como es la violencia sobre las mujeres". En ese empeño, Griñán ha defendido que la crisis no será óbice para que el Gobierno andaluz deje de asumir su compromiso activo en esta tarea.
"La crisis económica actual puede hacer invisible la situación de las mujeres. Corremos el riesgo de pensar que éste no es el momento para hablar de igualdad y que ésta es un elemento superfluo que sólo hay que abordar cuando las cosas van bien. Esto no es así. Al contrario, las políticas de igualdad son una inversión a largo plazo que benefician a toda la sociedad y no sólo a las mujeres. Por eso no vamos a retroceder en los logros conseguidos y vamos a mantener el esfuerzo inversor en políticas sociales y de igualdad", ha expuesto.
Asimismo, y enfocado directamente en la incidencia que esta lacra social tiene entre los menores, ha desgranado la existencia del Observatorio de la Infancia en Andalucía, de la que emanan proyectos como 'Educar para proteger: familias y escuela' y la investigación 'Uso de las nuevas tecnologías por la infancia y la adolescencia'. En este sentido, ha alertado del peligro potencial de las nuevas tecnologías, "especialmente las redes sociales". Éstas, afirma, "pueden convertirse en nuevas plataformas donde tengan cabida abusos y hostigamientos contra las mujeres, lo que es especialmente grave cuando se trata de adolescentes y jóvenes".
Para prevenir este factor de riesgo, el presidente andaluz ha defendido que "la escuela, las enseñanzas medias y la universidad ofrecen el marco adecuado para reconducir estos comportamientos y enseñar a nuestros jóvenes que sólo desde la confianza y el respeto a la libertad de cada cual es posible compartir en igualdad lo público y lo privado, las relaciones y un proyecto de vida".
Y ha apostillado que "la educación es esencial para enseñar valores como el respeto y la igualdad, imprescindibles para modificar patrones de pensamiento dominados por prejuicios". Una razón más para justificar que la educación sea "el corazón de nuestra política, porque es el motor del cambio social", ha defendido.
Griñán ha hecho estas consideraciones en una cita organizada por la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social en la que han participado expertos de ámbitos como la psicología, la pediatría, la pedagogía, la universidad, la justicia y la administración pública, todos unidos en un empeño: analizar el impacto de la violencia de género entre los menores y en las parejas adolescentes, y sobre todo, la forma de prevenirla. El asunto es de extrema importancia, pues "el fenómeno de la violencia contra las mujeres lleva aparejado otro de la misma magnitud: la violencia que presencian y sufren los menores", intolerable a todos los efectos pero más aún "porque sabemos que los niños aprenden modelos de conducta de sus progenitores y existe el riesgo de que repitan patrones de violencia vividos en la familia. Por eso es tan importante que el hogar, la familia, sea un ámbito de educación igualitaria", ha enfatizado el presidente de la Junta.
Según el último informe de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, el porcentaje medio de menores maltratados junto a las madres es del 40%. Y se estima que en España hay 800.000 menores que conviven en situaciones de violencia machista.
Batería de medidas
Con respecto a la incidencia de la violencia de género en menores y adolescentes, la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social ha proporcionado atención psicológica a 608 menores, hijos de mujeres que han sido víctimas de violencia de género en Andalucía, en su mayoría de 6 a 10 años de edad.
El programa de atención psicológica, que lleva a cabo el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) con la colaboración de la entidad Amuvi, es el primero que se puso en marcha en España y pretende mejorar el bienestar psicosocial y cubrir las necesidades socioeducativas de menores de entre 6 y 17 años. Desde su puesta en marcha han sido atendidas 464 mujeres víctimas de malos tratos.
Además, un total de 2.051 personas (1.097 menores y 954 mujeres) han sido atendidas en lo que va de año en los centros de acogida de Andalucía para víctimas de violencia de género, al tener que dejar sus hogares a causa de las agresiones y amenazas sufridas. Esto supone un aumento del 4% con respecto al mismo periodo de 2010.
Andalucía ha sido la primera comunidad autónoma en la que se ha puesto en marcha un Punto de Coordinación telemático de Órdenes de Protección, y también ha destacado recientemente por la constitución del Observatorio de la Violencia de Género.
Víctimas y agresores
En 2011, el 38,5% de las víctimas mortales de violencia de género en Andalucía tenía entre 21 y 30 años (5 fallecidas). Un porcentaje superior al de 2010, cuando era del 16,7% (una fallecida), y al de 2009, cuando se situó en el 21,4% (tres muertas). Los datos revelan que las mujeres jóvenes no suelen denunciar a sus agresores porque no perciben el riesgo o no creen ser víctimas de la violencia de género. De las nueve menores de 30 años asesinadas en Andalucía entre 2009 y 2011, sólo una había presentado una denuncia.
En cuanto a la edad de los agresores, en 2011 el 15,4% tiene entre 21 y 30 años (dos agresores), un porcentaje que en 2009 era del 28,5% (nueve), mientras que el año pasado no hubo ningún agresor en este tramo de edad.
En lo que va de año, 55 mujeres han fallecido en España a causa de la violencia de género, 13 en Andalucía. De éstas, sólo tres habían presentado una denuncia y sólo una tenía una orden de protección en vigor. En el primer semestre de este año se presentaron 14.128 denuncias en la comunidad andaluza. Asimismo, este año cuatro menores han quedado huérfanos por causa de la violencia de género en Andalucía, y una de las mujeres asesinadas estaba embarazada.
